domingo, 20 de abril de 2014

Las mujeres del Presidente

   Dicen por ahí que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Y como a mí no me gustaría tener otro igual, voy a contar la historia, o mejor, una parte de la historia de un presidente que tuvimos los mexicanos en el sexenio 1976-1982. Acertaste querido lector: José López Portillo y Pacheco. Algunos lo conocian como JOLOPO, otros, más mordaces, simplemente le decían el Perro (aquí se justifica una pausa para comentar que en uno de sus informes JLP gritoneó que defendería al peso como un perro; de ahí el apelativo). Fue un presidente bien machín, incluso también fue un candidato a Presidente bien machín, pues no tuvo rivales en la competencia, ni panísticos ni izquierdozos, ¡y ganó! Huelga decir que era del PRI. Sí , el mismo partido del actual mandatario Peña.
   De veras que fue el de López-Portillo un gobierno glorioso, colmado de progreso, de petróleo, de abundancia pues, y de anécdotas presidenciales que matarían de la risa loca a más de uno. Y estuvo lleno, también, de mujeres: las mujeres del Presidente. Hermanas, amigas, amantes, novias, esposas tuvieron sus quince minutos de fama al lado del Presidente galán. Porque era galán Don Pepe, y deportista, escritor, orador, histrión, hacedor de frases inmortales. Pero en esta ocasión me dedicaré, si lo permites amigo lector, a recordar sólo el tema de las muchachonas y no porque me guste muchote meterme a donde no me llaman, sino porque en su momento fueron el ojo del huracán en la opinión pública (trending, dicen ahora) de muestra dizque querida República.

-La hermana cómoda, comodísima.

   Recién llegado a su nuevo domicilio de Los Pinos, el Presidente López Portillo nombró a su hermana Margarita titular de la RTC, o sea la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía. En ese puesto se dedicó a ensalsar la imagen de su carnal y a tomar el control de muchos medios de comunicación mexicanos, desde los impresos hasta el cine pasando por la TV. Debo decir que algunos de ellos, los menos dóciles, criticaron ásperamente tal designación. JOLOPO también la hizo directora de Imevisión, ahora TV Azteca. A ella debemos los mexicanos aquel atorón vergonzante del cine serio y educado que dió paso al de las cabareteras y de los chulos. La Mague fue novelista y guionista y hasta creo recordar que una Universidad (nacional, por supuesto, pero no voy a decir cuál porque si no se aguitan los morelenses) le regaló un doctorado Honoris Causa. Faltaba más. Finalmente, para ya no enfadarte más caro lector, déjame te cuento que la tal Margarita era devota de los brujos (rasgo común entre los políticos mexicas picudos), en especial de la grifa oaxaqueña María Sabina, a quien regaló una casa prefabricada, que dicho sea de paso hoy es Museo allá en Huautla de Jiménez. su terruño. ¿Así, o más surrealismo? porque le podemos llamar a Kafka para que nos ayude.
   En la próxima entrega de esta serie, mal llamada Las Mujeres del Presidente, recordaremos a Carmen, la esposa abnegada con nombre de escuela y si el espacio, el tiempo y tu paciencia, lector, lo permiten, también le tocará su turno a Beatriz Paredes. Namasté





ñarf
En sus informes a JOLOPO le daba por lloriquear. Lágrimas
de utilería, off course.
Margarita y Don Pepe, de rancio abolengo navarro
(Caparroso), en sus tiempos de gloria
.

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