martes, 1 de julio de 2014

Del Coronel Custer al Archiduque Francisco Fernando

Xavier Q Farfán

Cualquier pretexto es bueno para empezar una guerrita


   Todo se reduce a dos cuestiones principales: la ambición y el deseo, casi biológico en todos, pero siniestramente torcido en unos cuantos, de pretender imponer sus ideas a los demás, por las buenas o por las malas. Podríamos encontrar más, si nos lo proponemos, pero estas dos son las causas principales de cualquier guerra en este mundo. Normalmente se disimulan con pretextos nobles y libertarios, con causas justas por el bien de los pueblos, por la democracia, etc. Y se disimulan muy mal. es más, pareciera que los belicosos se empeñan en ofrecer argumentos muy estúpidos para iniciar cualquier conflicto. Si damos un vistazo rápido a algunas disputas armadas, veremos que sus "factores precipitantes" fueron en realidad muy malos intentos por encubrir la codicia o el autoritarismo ideológico subyacentes.

- Guerra del Golfo Pérsico, o la Madre de Todas las Batallas
Lo que dijeron: Defender al Estado de Kuwait de una ocupación iraquí, encabezada por el sinvergüenza Saddam. (Después, a Hussein le inventaron otra guerra y ahí sí se lo echaron)

- Guerra de Vietnam.
Lo que dijeron: Evitar la reunificación de los vietnamitas bajo la sombra maligna de los perversos comunistas.

- Guerra en Siria.
Lo que dijeron: El régimen del mal de Bhasar al Asad usa armas químicas contra los rebeldes, entrenados por E.U., y la ofensiva "aliada" en su contra está en veremos.

- Guerra de Libia.
Lo que dijeron. Acabar con el gobierno autoritario y sangriento del demente Coronel Maumar el Gadafi para que los libios pudieran al fin, acceder a la libertad y a la democracia.

   Después de un largo etcétera de pretextos bobos para iniciar cada guerra que este extraño mundo ha visto, y que parece el cuento de nunca acabar pues todos los días, en cualquier lugar, se libra una, me convenzo más que la ambición de los poderosos es la causa principal. Me queda claro que los recursos materiales (lease petróleo), la multimillonaria industria armamentista, el expansionismo territorial, la imposición ideológica, etc., son sus verdaderos detonantes.
   Saco a relucir este desafortunado tema de los pleitos, pues durante el mes de junio se recordaron algunos de nuestra historia, que quedan además como ejemplos de lo que no debemos hacer, en el hipotético caso de que los hombres fuéramos un poquitín sensatos.

"Es que asesinaron al Archiduque", fue la explicación para 9 millones de muertos

   Resulta que el 28 de junio de 1914, en Sarajevo, asesinaron a Francisco Fernando de Austria, heredero al trono del imperio austro-hungaro. Esto fue suficiente para que los austriacos declararan las guerra a Servia, y en cuestión de días Europa se convirtió en un infierno. La Triple Alianza: Alemania, Italia y Austria-Hungría contra el Triple Entente: Francia, Inglaterra y Rusia. (En el transcurso de la guerra ambas alianzas tuvieron cambios, pues algunos países se cambiaron de bando, según convenía hacerlo).
   El saldo de esta conflagración fue de más de 9 millones de muertos y la modificación del mapa territorial y político de Europa, y todo porque mataron al Archiduque. Y no digo que el asesinato de Francisco Fernando no sea un hecho detestable, como son todos los asesinatos, pero usarlo como pretexto de la barbarie ya es cosa de locos.

Un Caballo Loco, ni tan loco, le ganó la partida a Custer, el héroe

   En el otro lado del mundo, en el oeste de Estados Unidos, otro hecho bélico se registraba el 26 de junio de 1876 cuando las tribus indígenas al mando del Gran Jefe sioux Caballo Loco propinaron sangriento revés al regimiento del famoso Teniente Coronel George Custer, en Little Big Horn, Montana. Este choque se derivó del empeño colonizador americano, porque los indios incomodaban el desarrollo del tren hacia la costa occidental.
   Años atrás, a regañadientes y después de cruentas batallas con los militares, los indios habían accedido a quedarse en las reservaciones que el gobierno les había asignado, pero su naturaleza nómada los llevó a ignorarlas. Este desacato y el obstáculo que representaban para el progreso, fue la razón de la campaña del Coronel Custer contra los pieles rojas que terminó en el sonado desastre para los cara pálida que todos conocemos: 268 militares muertos, incluido el propio Custer.
   Y pensar que en alguna parte de mi alocada infancia (sin bostezar por favor, querido lector) creí que Custer, Caballo Loco, Toro Sentado y Nube Roja eran personajes de una película fantástica que podía ver por horas y en la que todos se repartían por igual moquetes, balazos y cuchilladas. Pero no, la realidad supera a la ficción, como siempre.


El Teniente Coronel George Amstrong Custer. 



Toro Sentado, líder espiritual de los indios Sioux.


La Batalla de Little Big Horn, en Montana EU. 



El asesinato de Francisco Fernando en 1914 fue la excusa
para iniciar la Primera Guerra Mundial.

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