martes, 8 de julio de 2014

... son como perlas de oro

Xavier Q Farfán

Calladito te ves más bonito, Vicente

   Antes de que empieces a regañarme por el brillante título que puse a esta glosa insufrible, querido lector, permíteme explicarte que sí estoy enterado que las perlas no son de oro, sino de nácar y que se forman dentro del cuerpo blando de los moluscos (Bendita y besable Wikipedia que es, por cierto, la única con la que he sido infiel a Larousse, el Pequeño). Y claro que no lo puse para parecer tonto, ni iletrado, pues no se hace necesaria tanta demostración. Lo escribí así por dos razones básicas: primera, llamar tu atención y que por fin termines de leer un apunte mío antes de quedarte dormido y, segunda, para entrar en el espíritu del tema de este día, dedicado a las frases excepcionales que nos han regalado algunos personajes notorios de este mundo.
   Me queda claro que todos estamos expuestos a decir barbaridades de vez en vez, y que este riesgo se multiplica en las personas públicas pues frecuentemente tienen que hablar frente a un auditorio, frente a un micrófono, frente a una cámara, etc. Y si le sumamos el acoso permanente de la prensa de que son objeto, el pantano del mal decir se agranda. Tienen, las celebridades, la extraña idea que deben contestar todas las preguntas, incluso las estúpidas, que inducen, desde luego, una respuesta estúpida. Por supuesto que hay algunos que no necesitan que les pregunten nada para soltar una frase "ambigua", de esas con las que no sabemos qué hacer: si llorar o soltar la carcajada.
   Y como veo que ya estás un poco desesperado, lector único mío, voy al grano con una selecta selección de perlas de oro que ciertos hombres y mujeres,  egregios todos, nos han obsequiado en algún momento de nuestra singular historia humana.

1. "Comes y te vas"
  
   Esta petición la hizo el Presidente mexicano Vicente Fox a Fidel Castro en 2002, cuando de último momento el líder de Cuba aceptó la invitación para una Cumbre de Naciones Unidas en Monterrey, N.L. Se daba por descontada su ausencia, para tranquilidad de algunos, sobretodo de George W. Bush, mandamás de Estados Unidos, que también estaba invitado. Y ante el nuevo panorama, a Fox no le quedó más remedio que condicionar la visita del Comandante, para no incomodar al Presidente gringo y para evitar el litigio ideológico, polémico por demás, que siempre carga en su mochila. Simplemente le pidió que viniera, comiera y se fuera, y el cubano aceptó.
   Aunque es un tema ya caducado, que en su momento tensó las relaciones siempre buenas entre México y Cuba, no está por demás recordarlo con algunas afirmaciones y con algunas preguntas
  • ¿Por qué el Presidente Fox tutea a Fidel Casto?
  • ¿Por qué Fidel aceptó venir, comer y regresarse?
  • La charla de la invitación era privada, según acordaron ambos mandatarios.
  • La charla, a pesar de ser privada, fue grabada por lo cubanos.
  • Luego de su visita relámpago a Monterrey, Fidel difundió la charla.
  • La imagen de Fox, que no de México, quedó en entredicho en la comunidad latinoamericana.
  • La imagen de Castro Rus quedó, como siempre, como la de una víctima.
  • ¿Nadie se enteró del juego perverso del compadre del Che?
  • No es correcto que E.U. decida quién asiste y quién no a una reunión en México.
  • El cabrito y la arrachera regios le gustan mucho a Fidel, por eso vino, no por la Cumbre.
  • Su pirotecnia verbal y su aburridora comunista suben el rating de cualquier evento.
Vicente Fox (al frente, con los cuernitos puestos)

El Comandante Castro Rus, vino, vio y venció. 
No, perdón: vino, comió y se regresó.



    Mañana, si Dios nos da su permiso, amigazo del alma, te contaré algo sobre una tal Carolina Zúñiga, hermoso cromo chileno, a quien durante un concurso de belleza de su país en 2001, alguien le preguntó a qué pareja de humanos elegiría para repoblar al planeta, en caso de un desastre nuclear. Namasté.

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