Las Cláusulas de Dios en caso de no ganar
No se compara con nada en la vida, es como un gusto que inicia en la boca, en la garganta, en el estómago y luego se pasa a la piel: la electrifica, la eriza. Adrenalina pura. No, definitivamente no hay nada como la victoria. Y hablo de cualquier victoria, en cualquier aspecto: la graduación de un hijo, la promoción en el trabajo, en la partida de ajedrez. en el futbol. Ser el mejor está en el diseño primario del hombre, y aunque pareciera un afán personal, y a veces colectivo, la carga instintiva y de adaptación siempre está ahí, en pos de una especie en evolución constante, cada vez más apta. No hay duda, Dios nos hizo para ganar, todo nos dio para ganar, pero con algunas limitantes.
En efecto, en el Manual de Uso del Género Humano, en el apartado dedicado al deseo y capacidad de triunfo, Diosito incluyó un par de cláusulas -en letras pequeñas por supuesto, para recordarnos que tiene un sentido del humor maravilloso- que dicen, palabras más palabras menos:
Cláusula 1. Todas las victorias de los hombres serán planeadas y decididas exclusivamente por el Fabricante; no habrá éxito alguno que no sea producto de Su Voluntad.
Cláusula 2. En virtud de que los hombres son tantos, de manera que es imposible que todos ganen al mismo tiempo, el Fabricante incluye en este modelo la capacidad de admitir los triunfos de otros, sin que esto signifique necesariamente una derrota. Así o más claro.
Luego entonces no hay razón para ponerse dramáticos porque Holanda le ganó a México en la Copa Mundial de Futbol en Brasil. No pasa nada; la rotación y la traslación de nuestro planeta seguirán sus cursos habituales, y nosotros mañana lunes habremos de continuar nuestras vidas normales, eso sí, sin la esperanza de ver campeona a nuestra selección. Sin embargo durante dos semanas tuvimos en nuestras bocas el sabor incomparable de la victoria. Yo personalmente lo disfruté mucho y lo hubiese disfrutado mucho más con un trofeo, pero no sucedió. Ni hablar.
No soy especialista del ramo -y serlo me daría mucha flojera, y además mi capacidad de decir pendejadas, gracias a Dios, es limitada- pero yo vi jugar mejor a los mexicanos: estaban "conectados", como quería el entrenador que estuvieran, pero no se por qué y en qué momento se "desconectaron" y los nórdicos lo capitalizaron muy bien para despedirnos de la competencia. Me queda claro que, además de jugar muy bien, hay otras variables que deciden al ganador. Hoy sucedió algo así y no debemos culpar a nadie, ni a los holandeses siquiera. Son cosas del futbol. Eran 11 tipos provistos de un par de piernas formidables y un cerebro genial frente a 11 tipos provistos de un par de piernas formidables y un cerebro genial. En resumen no perdimos, simplemente esta vez no ganamos.
Y lo que son las cosas. Las televisoras, que estaban con tremendas uñas si México seguía avanzando, tampoco perdieron: simplemente dejarán de recibir las carretadas de billetes que los anunciantes les pensaban pagar por la descomunal audiencia durante los juegos, si la Selección hubiera continuado. Qué pena. Pero tenemos el día de hoy, sólo hoy, para sacar toda nuestra frustración por el sueño interrumpido: le podemos gritar a Robben que cómo es cabrón, que para qué se tiro el maldito clavado; le podemos reclamar al árbitro su ceguera selectiva; podemos maldecir contra KLM porque su mensaje de "Adiós amigos" nos pareció ofensivo. En fin, hoy estamos hipersensibles por que no ganamos, pero mañana a otra cosa mariposa. Y esta vez no estamos horrorizados, estamos Herrerizados. Namasté.
La broma de KLM a algunos les cayó de peso. Mientras seamos nosotros
los que nos burlemos todo está bien, pero cuidado que los demás lo hagan.
Nos ponemos como nenas.
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Dedicado para el Piojo. Gracias Miguel, por el equipo y por el show.