TERCERA PARTE. FINAL
"... hemos venido a la capital de nuestro país a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra República escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de la Independencia firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, a la libertad y la búsqueda de la felicidad...en lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos nos ha dado a los negros un cheque sin fondos... pero rehusamos creer no no haya suficientes fondos en las bóvedas de oportunidad de este país, por eso hemos venido a cobrar este cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia..."
Este párrafo es una parte del memorable discurso que hace 51 años pronunció Martin Luther King en Washington, a la sombra del monumento a Lincoln. Los americanos blancos de entonces tenían, aún, muy serios problemas para aceptar como sus concuidadanos iguales a los negros. Durante más de 100 años, luego de abolida la esclavitud, EU los confinó en ghettos; ya no eran sus esclavos, pero tampoco eran sus compatriotas y les prohibieron desde las más elementales libertades individuales hasta las grupales.Todo, todo estaba prohibido para los afroamericanos: desde entrar a una taberna, hasta manifestarse por que no podían entrar a una taberna.
En la actualidad el discurso del Dr. Luther K. parece que ya perdió su vigencia, y su urgencia -no totalmente, es entendible-, y por suerte para lo negros, y para los blancos también, la segregación racial por momentos parece un tema superado.Algo se infiltró en el peculiar cerebro de lo gringos que los hizo entrar en razón, aunque por ahí queden algunos trasnochados con capucha de Kukuxklan de esos que antes de llegar a su secta, asisten al juego de basketbol para ovacionar a los jugadores, negros, por cierto.
Finalmente, lector paciente, no es necesario recordarte que el presidente actual de USA es un negro de religión congregacionista cuyo segundo nombre es Hussein, ni más ni menos, como se llamaba aquel iraquí tan poderoso y tan peligroso, y que tanto odiaban los gringos, y que resultó un enemiguito de papel.
Entonces, ¿serán o no serán? Solo Dios. Namasté
Finalmente, lector paciente, no es necesario recordarte que el presidente actual de USA es un negro de religión congregacionista cuyo segundo nombre es Hussein, ni más ni menos, como se llamaba aquel iraquí tan poderoso y tan peligroso, y que tanto odiaban los gringos, y que resultó un enemiguito de papel.
Entonces, ¿serán o no serán? Solo Dios. Namasté
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