jueves, 22 de mayo de 2014

¡Cuidado! Los Genios Están Trabajando

Xavier Q Farfán

No les pagamos por hacer bien su trabajo, les pagamos para que nos maten.. de la risa

   Hay una técnica infalible para construir puentes muy seguros y durables, cuyo nombre desconozco pero la voy a tratar de describir con las siguientes etapas.
Paso 1. Construyes un puente con la técnica tradicional de construir puentes.
Paso 2. Cuando está listo el nuevo puente le subes un camión, luego dos, luego tres..
Paso 3. Cuando se cae el puente ya sabes cuántos camiones aguanta
Paso 4. Con la misma técnica vuelves a construir tu puente, pero ahora le pones un aviso que dice "Precaución: este puente aguanta 10 camiones"
   Es un procedimiento un poco largo pero efectivo, pues nos da la certeza de la resistencia del puente. Y si lo notaste, paciente lector, no tuvimos que utilizar a las odiosas matemáticas, ni a la ingeniería, ni a la geología; vamos, ni siquiera necesitamos de la inteligencia para edificarlo. Para ilustrar un poco esta tendencia constructora, voy a comentar una obra que, a juzgar por los resultados, parece que fue erigida bajo estos conceptos técnicos geniales.
   En mi ciudad, Chihuahua, hace algunos años construyeron el puente que nos mete al Perif. Lombardo Toledano en su sentido sur si vamos por la Calle Juárez y si no se ha derrumbado es porque no hemos terminado de reírnos. No tengo la menor idea de quién lo construyó, pero supongo que debe estar en la cárcel porque el responsable de una obra así debe estar en la cárcel, lo mismo que los funcionarios que le dieron el visto bueno y la pagaron. O al menos en un centro de rehabilitación.
   De veras que el mentado puente da pena ajena: es demasiado estrecho para que un autobús circule sin contratiempos, su trazo es irregular: las contenciones del carril en su parte recta son sinuosas, los muros no son verticales totalmente y tampoco parejos. En fin, cuando se lo ve de frente pareciera que en cualquier momento se va a desplomar.
   Es un poco difícil, pero no imposible, que esta obra haya sido planeada y ejecutada en un solo día: el de la Santa Cruz, en medio de una juerga interminable. Es más, preferiría que la explicación del responsable fuera ésa: es que andábamos borrachos, y no oirlo decir que "así nos gusta hacer los puentes, chuecos". Por Dios.
   Una buena noticia sería saber que hubo un castigo ejemplar para los autores de esta grosería urbana, pero la mala noticia es que no hubo ni habrá responsables, ni castigo, ni nada. Otra noticia, aún más mala, es que todos lo que nos quedamos callados, los que usándolo, autorizamos el puente, los que sólo criticamos las malas acciones del gobierno y sus cómplices constructores, somos en realidad los culpables de cosas como ésta. No hay más, mientras nosotros sigamos con nuestra actitud permisiva ellos seguirán haciendo de las suyas.
  Finalmente, amigo mío, y antes de que se me derrame la bilis -porque ya estoy agarrando una tonalidad verdosa- permíteme ponerte también de mal humor con esta información adicional: cuando ya pudiste cruzar el multicitado puente, empiezas a ver avisos preventivos escritos en el pavimento que dicen:

Tren
con el
cuidado

Velocidad
su
disminuya

Altos
de cuatro
próximo
crucero

Tiempo
con
su carril
tome

   El imbécil que planeó estas advertencias piensa que como vamos en coche a toda prisa tenemos que leer al revés, de abajo hacia arriba, para conseguir hilar las frases y entender el contenido.  Esto aplica cuando la separación entre renglones no permite verlos juntos. Así funciona nuestro cerebro a la hora de leer. Tengo tres probables razones que expliquen esta falla de nuestro Einstein vial.
A- El autor de los mensajes en el pavimento vive en su torre de marfil con escritorio de caoba, desde donde gira instrucciones para que sus brillantes ideas se materialicen. Obviamente nunca circula por nuestras calles.
B- El autor circula por las calles y se entera que los avisos que mandó escribir en el pavimento no se entienden, o sólo se entienden si los lee al revés, pero no dice nada. Sabe que la súper-cagó pero guarda silencio, y como nadie le reclama nada por su evidente falta de cacumen, sigue ahí, súper- cagándola
C- Cuando circula por las calles y lee sus propios mensajes, y los entiende perfectamente, en efecto, tenemos un autor intelectual de mensajes en el pavimento perfectamente imbécil.
Namasté.

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